Dios

Dios es el creador y gobernante del universo. Ha existido eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Estos tres son co-iguales y son un solo Dios.

(Génesis 1:1, 26-27, 3:22; Salmo 90:2; Mateo 28:19; I Pedro 1:2; II Corintios 13:14)

Hombre

El hombre está hecho a la imagen espiritual de Dios, para ser como Él en su carácter. Es el objeto supremo de la creación de Dios. Aunque el hombre tiene un tremendo potencial para el bien, está estropeado por una actitud de desobediencia hacia Dios llamada pecado. Esta actitud separa al hombre de Dios.

(Génesis 1:27; Salmo 8:3-6; Isaías 53:6a; Romanos 3:23; Isaías 59:1-2)

Eternidad

El hombre fue creado para existir eternamente. O bien existirá eternamente separado de Dios por el pecado, o en unión con Dios a través del perdón y la salvación. Estar eternamente separado de Dios es el infierno. Estar eternamente en unión con Él es la vida eterna. El cielo y el infierno son lugares de existencia eterna.

(Juan 3:16; Juan 2:25; Juan 5:11-13; Romanos 6:23; Apocalipsis 20:15; Mateo 8:11; Mateo 24:44)

Jesucristo

Jesucristo es el Hijo de Dios. Es igual al Padre. Jesús vivió una vida humana sin pecado y se ofreció como el sacrificio perfecto por los pecados de todos los hombres al morir en una cruz. Se levantó de entre los muertos después de tres días para demostrar su poder sobre el pecado y la muerte. Ascendió a la gloria del Cielo y volverá de nuevo a la tierra para reinar como Rey de Reyes y Señor de Señores.

(Mateo 1:22-23; Isaías 9:6; Juan 1:1-5, 14:10-30; Hebreos 4:14-15; I Corintios 15:3-4; Romanos 1:3-4; Hechos 1:9-11; I Timoteo 6:14-15; Tito 2:13)

Salvación

La salvación es un regalo de Dios al hombre. El hombre no puede compensar su pecado con la superación personal o las buenas obras. Sólo confiando en Jesucristo como oferta de perdón de Dios puede el hombre ser salvado de la pena del pecado. La vida eterna comienza en el momento en que uno recibe a Jesucristo en su vida por la fe.

(Romanos 6:23; Efesios 2:8-9; Juan 1:12, 14:6; Tito 3:5; Gálatas 3:26; Romanos 5:1)

Seguridad eterna

Debido a que Dios da al hombre la vida eterna por medio de Jesucristo, el creyente está seguro de la salvación por la eternidad. La salvación se mantiene por la gracia y el poder de Dios, no por el esfuerzo propio del cristiano. Es la gracia y el poder de Dios que da esta seguridad.

(Juan 10:29; II Timoteo 1:12; Hebreos 7:25, 10:10, 14; I Pedro 1:3-5)

La Biblia

La Biblia es la palabra de Dios para todos los hombres. Fue escrita por autores humanos, bajo la guía sobrenatural del Espíritu Santo. Es la fuente suprema de la verdad para las creencias y la vida cristiana. Por ser inspirada por Dios, es la verdad sin mezcla ni error.

(II Timoteo 3:16; II Pedro 1:20, 21; II Timoteo 1:13; Salmo 119:105, 160, 12:6; Proverbios 30:5)

El Espíritu Santo

El Espíritu Santo es igual al Padre y al Hijo como Dios. Está presente en el mundo para hacer a los hombres conscientes de su necesidad de Jesucristo. También vive en cada cristiano desde el momento de la salvación. Él proporciona al cristiano el poder para vivir, la comprensión de la verdad espiritual y la guía para hacer lo que es correcto. El cristiano busca vivir bajo Su control diariamente.

(II Corintios 3:17; Juan 16:7-13, 14:16,17; Hechos 1:8; I Corintios 2:12, 3:16; Efesios 1:13; Gálatas 5:25; Efesios 5:10)